miércoles, 23 de mayo de 2012

Cuando lo "verde" no es suficiente

La Unión Ecológica Salvadoreña UNES está impulsando una propuesta denominada “Hacia la renovación energética en El Salvador”. El objetivo es claro, buscar fuentes generadoras de energía eléctrica que causen menos daños al medio ambiente.


Entre las principales alternativas está la implementación de la energía solar. Según Ángel Ibarra, presidente de UNES, estamos ante la era solar, por lo que el país debe apostar a que en unos 30 o 40 años el 100% de energía que se consuma sea proveniente del sol. 




El 40% de la energía en el país proviene de la producción térmica, seguida de la hidroeléctrica con el 38%, el 12% geotérmica y el 2% de biomasa. Algunos ambientalistas del país expresan que la producción de energía es abundante, sin embargo, así lo es también el daño al medio ambiente. Sus alternativas van por el lado de la generación solar y eólica, que tienen pocos efectos en la naturaleza, pero que su producción es menor y su costo en términos monetarios es mayor.
Por Herbert Orellana Revista en línea "ComUnica"
La distribución de electricidad en el país se basa en una matriz de energía que depende en gran parte de combustibles fósiles.
La distribución de electricidad en el país se basa en una matriz de energía que depende en gran parte de combustibles fósiles. Foto por: Herbert Orellana.
A partir del 2000, la capacidad instalada de la energía ha suplido la demanda máxima en términos energéticos. El aumento de la primera es de 2.9% por encima de la segunda con un 2.6%, lo que de acuerdo con la Comisión Económica para América y Latina y el Caribe (CEPAL) es un suministro progresivo.
Uno de los grandes recursos de generación de energía son las presas hidroeléctricas. La central 15 de septiembre, de mayor producción en el país, tiene una capacidad nominal de 156.60 megawatts (MW). En relación a este mecanismo, uno de los miembros del Foro del Agua, Carlos Flores, expresó que es necesario detener la construcción de presas en el país por la carencia de territorios y ríos suficientes para el consumo de agua. “No podemos cambiar electricidad por agua, los grandes embalses producen gases de efecto invernadero que afectan el medio ambiente”, explicó.
Según el Programa Salvadoreño de Investigación sobre Desarrollo y Medio Ambiente (PRISMA), uno de los efectos medioambientales negativos de la construcción de la represa El Cimarrón, ubicada en Chalatenango, fue el desvío del río, ya que esto disminuyó su caudal y le restó agua a la toma de la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA), afectando el área metropolitana de San Salvador en cuanto al abastecimiento. Las alternativas que se han presentado en cuanto a represas contemplan desde la modificación en el diseño, hasta la no construcción de las mismas. De acuerdo con la investigadora de PRISMA, Ileana Gómez, se debe buscar una alternativa, en relación a las represas, que afecte de manera mínima al medio ambiente y que permita un desarrollo sustentable de la población que habita en los alrededores. 
Regulación de la matriz eléctrica
El sector eléctrico de El Salvador está formado por varias entidades reguladoras que incluyen:
             La Dirección de Energía Eléctrica (DEE), creada en 2001, es la unidad administrativa dentro del Ministerio de Economía que se encarga de elaborar, proponer, coordinar y ejecutar políticas, programas, proyectos y otras acciones en el sector eléctrico.
                  La Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (SIGET) es la entidad reguladora tanto para el sector eléctrico como el de las telecomunicaciones. La SIGET se encarga de regular el mercado de la energía, las compañías de distribución y los precios al consumidor.
                En 2006, se creó el Consejo Nacional de Energía (CNE) con el objetivo de analizar la situación energética de El Salvador y las propuestas del gobierno, y de recomendar la incorporación de nuevas acciones y estrategias. El CNE busca contribuir a un cambio de la generación hacia la energía renovable y modificar las pautas de consumo para lograr un uso eficiente de la energía.
         La Unidad de Transacciones (UT) es la compañía privada encargada de administrar el mercado mayorista de electricidad; está a cargo del despacho del sistema y funciona como una cámara de compensación. La UT también es la responsable de la operación del sistema de transmisión.
               En El Salvador las cinco entidades más grandes de distribución de energía eléctrica son: Compañía de Alumbrado Público de San Salvador (CAESS), Delsur, AES-CLESA, EEO y Distribuidora Eléctrica de Usulután (Deusem).
Fuente: Ministerio de economía, Banco Mundial (2006), Gobierno de El Salvador (2007).
Una de las propuestas alternativas de producción eléctrica es la energía solar. El presidente de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), Ángel Ibarra, propuso una transición a lo que denominó “la era solar”, de tal manera que de 30 a 40 años el país consuma el 100% de energía proveniente del sol. En este sentido, fotovoltaica, eólica, y la mareomotriz. Un estudio publicado en junio de 2008 por investigadores de la Universidad de California reveló que este tipo de generación de energía emite un gas llamado NF3, que tiene un posible efecto invernadero en la atmósfera. Ibarra aceptó que siempre hay alguna consecuencia que perjudica al medioambiente: “Al instalar paneles solares, los desechos siempre tienen algún impacto, pero es mucho menor”. Alegó que la UNES propone una medida con menor alteración ambiental y con una alta rentabilidad económica.
Desde el pasado 12 de abril, el pliego tarifario de la energía aumentó entre el 6% y 7% de la factura mensual para la industria y hogares que consumen más de 200 megavatios por hora, ya que el subsidio del Gobierno no costea la diferencia de ese rango. La Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (SIGET) apuntó que estos cambios, que son trimestrales conforme a la Ley General de Electricidad vigente, se mantendrán hasta el 11 de junio próximo. El presidente de AES El Salvador, Abraham Bichara, indicó que este  incremento se debe a que la temporada seca o de verano obliga a que el suministro de las represas disminuya, y por consiguiente, haya un incremento en la energía térmica, que utiliza combustibles fósiles como petróleo, gas natural o carbón, sujetos a precios internacionales.
De acuerdo con el director de eficiencia energética del Consejo Nacional de Energía (CNE), Mario Cáceres, el programa “El Salvador Ahorra Energía” es una forma virtual de generar electricidad. El proyecto consiste en una cultura de uso racional y eficiente de la energía. Entonces, por medio del ahorro se creará una fuente más de electricidad a través de la reducción de la deficiencia en su consumo. “Los beneficios de la eficiencia energética no solo es ahorrarse dinero, sino un beneficio ambiental a nivel nacional”, opinó.
Respecto a este plan, el avance más grande es el financiamiento a instituciones y empresas para la compra de equipos ahorradores de energía como paneles solares, encaminados a la autogeneración y regulación eléctrica. “La Asociación Salvadoreña de Industriales y el Centro Nacional de Producción Más Limpia están incentivando al sector industrial y comercial en la elaboración de normas técnicas para hacer obligatorio que un equipo cumpla cierto estándar técnico”, explicó. Para Cáceres, una de las estrategias de este proyecto también contempla campañas de información sobre la compra de electrodomésticos eficientes que consuman poca energía, y la difusión de material didáctico de hábitos de conservación de electricidad.
En referencia a lo anterior, el presidente de la UNES manifestó que en lugar de “proyectos decorativos” se necesita una política pública de ahorro y uso eficiente de la energía. En octubre de 2009,  la UNES presentó una propuesta de ley a la Asamblea Legislativa en la cual se contempló que con el cambio de luminaria pública y doméstica de  focos incandescentes sustituida por tecnología LED, se ahorraría la electricidad equivalente a cuatro represas como la de El Chaparral, con capacidad de 66.1 megavatios. “Estamos por presentar, en las próximas semanas, una propuesta que prohíba el uso, la comercialización y la importación de focos incandescentes”, expresó. También se busca que en lugar de subsidiar el gas, se subsidie el uso doméstico de tecnología LED. Ibarra declaró que un foco LED alumbra lo mismo, consumiendo el 10% de la energía que consume un foco incandescente, de 12 a 18 lm/W (lúmenes por vatio de potencia), porque gasta un 90% de la energía en que el foco se caliente. Es decir, la primera no necesita ese porcentaje que ocupa la segunda en transformar la electricidad en calor.
Cáceres alegó que el programa es reciente y que se están realizando proyectos piloto demostrativos como el caso del cambio de iluminación en la Defensoría del Consumidor. “También estamos dando a conocer líneas de financiamiento para ejecutar proyectos”, dijo.
Las luminarias LED, una opción de ahorro energético, duran aproximadamente 50,000 horas de vida útil, de 10 a 12 años.
Las luminarias LED, una opción de ahorro energético, duran aproximadamente 50,000 horas de vida útil, de 10 a 12 años. Foto por: Herbert Orellana.
En el marco del Día de la Tierra, el pasado 22 de abril, la UNES realizó una feria de opciones de energía verde. María Gavidia, Gerente de la empresa Suministros Eléctricos y Electrónicos (SEESA), presentó el microsistema solar cargado con un mini panel fotovoltaico. “En este artefacto  puede cargar el celular, conectar un mp3 o una pequeña radio, solamente utilizando la energía del sol”, dijo. Este sistema portátil tiene un costo aproximado de cien dólares y no necesita asistencia técnica para su instalación. En cuanto a las luminarias LED, afirmó que solamente consumen 5 watts, en contraposición a los de 60 de tecnología fluorescente. Aseguró que las primeras no emanan gases de mercurio como lo hacen las segundas. “Tenemos experiencias de personas que pagaban entre 25 y 35 dólares, y ahora, con estos focos están pagando 11 dólares”, expresó.
En el mismo orden, también exhibió el sistema de calentamiento de agua para hospitales, hoteles y fábricas. Este método permite calentar el agua a 65 grados. Gavidia expuso el caso de un hogar geriátrico, en la cual se lavaba la ropa tres veces. Al adquirir este producto, solo lo hacen una vez, ahorrando agua, energía y dinero. Por medio de un colector solar se calienta el agua con el sol, el agua entra y se almacena en un termo tanque de acero inoxidable. Luego, se utiliza para lavar la ropa, para la ducha, cocinar o lavar trastos. María Gavidia comentó que es posible contar con esta tecnología, ya que se cuenta con planes de pago con diferentes instituciones de financiación.
La base de la propuesta denominada “Hacia la renovación energética en El Salvador”, de la UNES, es la diversificación de la matriz energética en el país, es decir, la creación de fuentes alternativas de generación de electricidad para garantizar un suministro basado en la diversidad de recursos de producción. Lo que busca esta política, en opinión de la UNES, es un logro importante en términos de soberanía energética. La paradoja en esto es que a más producción de energía de un proyecto, más es el daño al medio ambiente; a menor daño en la naturaleza, menor es la generación de energía.

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